EL CHURAY CHURAY FLUYE EN LA SANGRE

En el Cactus son las 22:15 del día viernes. El ambiente está encendido. Hoy se presenta el grupo Dos Lunas. Las personas especialmente indígenas llenan el lugar. Dentro del bar se vive una fiesta. El grupo empieza a tocar sus melodías. Y rápidamente los asistentes comienzan a bailar. Pero, no es el típico baile. Aquí no se baila en parejas, se forma un círculo y a manera de un tren comienza el bailoteo. Durante el baile, las personas entonan la frase “Churay, churay, churay, churay”.

Sisa Morocho es una mujer originaria de la comunidad de San Sebastián de Riobamba. Tiene 24 años de edad. Aquí en Quito, Sisa trabaja en el Consejo Provincial de Pichincha. Ella enseña bordados a mano y a la vez es diseñadora de modas. Luego de su jornada de trabajo, Sisa llama por teléfono a sus amigos David, Rubén y Verónica. Esta noche van a ir al Cactus Runabar.

Sisa y sus amigos se encuentran en el parque de El Ejido.¿A dónde vamos a ir? Pregunta Rubén. Hoy nos vamos a bailar al Cactus, responde Sisa. Espero que no sea otro barcito donde solo ponen reggaetón o electrónica, comenta Rubén. Este sitio es diferente te va a gustar, afirma Verónica.

A las 20:50, Sisa y sus amigos llegan al sector de La Mariscal, entre las calles Jerónimo Carrión y avenida Amazonas se encuentra el Cactus Runabar. Hay 20 personas, quienes esperan para poder ingresar. A la entrada del bar se instalan los equipos de amplificación para la presentación del grupo Dos Lunas. Las paredes de la discoteca están adornadas con tejidos indígenas, vasijas de barro y máscaras de los tradicionales diablos huma.

Está bonito el lugar, comenta Rubén. Sí, yo no he asistido a bares mestizos, prefiero ir a bares indígenas como Cactus o el Samay, afirma Sisa. Para atenderlos llega Marco Gualapuro, propietario del Cactus.Buena Noche ¿Qué les sirvo? Pregunta Marco. Por favor tráenos cinco cervezas y una jarrita de chicha, responde Verónica.

EL BAILE EN CÍRCULOS INTEGRA A TODOS

Marco Gualapuro toma el micrófono para dar la bienvenida al grupo Dos Lunas. La gente los recibe con aplausos. El grupo agradece la invitación y empieza a tocar. Guau, ahora si vamos a bailar, dice Verónica. Sus amigos se ponen de pie y empiezan a bailar en círculos. De a poco otras personas se integran al baile, hasta formar un enorme círculo. Según Verónica Guamán, el baile en círculo es una tradición. Antes bailaban en círculos todos los integrantes de la familia, muy aparte la gente ajena. Hoy bailamos en círculo todos los amigos, todos los que quieren. Porque así se incorpora la gente y no se sienten solos.

“Churay, churay, churay, churay, juuuuuu”, es la frase que cantan mientras bailan. Toda persona que se integra al círculo no solo debe bailar sino también cantar. Verónica nos explica que, el churay churay es una palabra indígena que sirve para que bailen bailen, sigan sigan. El churay churay expresa el momento de mayor emoción del baile, es por eso que decimos churay churay, sigan sigan no pierdan el ritmo. María Perugachi, cliente del Cactus, nos ayuda a entender el churay churay. María nos explica que, el churay churay es bailar con fuerza, con todas las ganas, poner todo de sí.

Dos horas aproximadamente dura la presentación del grupo musical. Humberto Cotacachi, vocalista del grupo Dos Lunas, afirma que nuestras canciones expresan mensajes. Realizamos fusiones entre rock y  música andina. Hay gente que le gusta la fusión otros no, pero nuestra base siempre será la música tradicional. Aquí la gente ha respondido bien.

UN SITIO PARA TRABAJAR PROYECTOS

Después del baile, Sisa y sus amigos hablan de trabajo. Sentados en una de las mesas analizan uno de sus proyectos. Realizar una revista de modas dedicada a la gente indígena. La revista se va a llamar Sumak Churaye (Buen Vestir) comenta Sisa. Tanto Sisa como sus amigos son parte esencial de este proyecto. La revista la vamos a lanzar el próximo 29 de junio, estas invitado, finaliza Sisa.

Las horas pasan sin sentirlas. Entre brindis, bailes y discusiones de trabajo es ya la una de la mañana. Estuvo lindo el bar hay que venir seguido dice Rubén. Claro, cuando podamos volvemos. Se acercan a la barra, pagan el consumo, se despiden de Marco y salen para tomar un taxi. Poco a poco el taxi se aleja del Cactus Runabar.Con la esperanza de Sisa y sus amigos de volver el próximo viernes.

Escrito Por: JAGUALLA 19 (JAP)